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Mi reto diario es la no especialización. Ya he hecho bastante lo que otros no pueden hacer. Llevo 60 años participando en todo tipo de proyectos.
Empecé a rehabilitar edificios existentes en zonas urbanas. Hago construcciones de madera, garajes, reformas de restaurantes...
Vi un anuncio y me enamoré enseguida. Fue muy fácil convencerme.
Siempre me ha gustado la tecnología. Tuve mi primer ordenador en 1985. Ahora trabajo con la última versión de mi software de arquitectura. Y por eso compré este aparato.
Otras soluciones comparables son mucho más caras que iMapper. También son herramientas muy difíciles de utilizar.
Recuerdo un levantamiento en 1976. Por aquel entonces trabajaba en una empresa de ingeniería civil. Uno de los proyectos fue la rehabilitación de cuatro edificios en un pueblo con dos metros de desnivel en una curva.
Fui a hacer el levantamiento con un compañero. Pasamos más de cuatro días, desde las 6 de la mañana hasta la medianoche. Fue muy largo.
Luego tardé el mismo tiempo para volver a dibujar los planos a mano, en papel de calco.
Con el iMapper, ahora tardaría sólamente un día en hacer el levantamiento.
La situación actual ha cambiado mucho. La vida es más fácil. Llego a la obra, preparo mi cámara y la dejo funcionar el tiempo que sea necesario. Luego me voy a la plataforma y alineo los puntos.
Mi trabajo consiste en transformar un lugar. Para ello, hay que conocer este lugar lo máximo posible. Cuando se trabaja en un edificio existente, las paredes no son necesariamente rectas y verticales. El iMapper no es un escáner 3D profesional. Sin embargo, me da una imagen precisa de lo que voy a transformar.
Tengo una geometría precisa del lugar. Y eso es lo importante para mí.
Ahora que tengo el iMapper, sólo tengo que ir al sitio una vez para tomar las medidas. Estoy seguro de las medidas y de las nubes de puntos.
Yo mismo tomo las medidas del edificio. Quiero conocer el espacio sobre el que voy a trabajar.
Es preciso. El iMapper es fácil de usar, incluso para personas como yo, que son más difíciles de entrenar que los jóvenes. La instalación del iMapper es simple y fácil.
Su precio es más que asequible. Si se calcula el tiempo empleado en medir a mano, volver a dibujar, corregir errores con nuestra tarifa horaria, el iMapper resulta muy rentable.
Y lo amortigué en único levantamiento. Es difícil imaginar algo mejor.
Cuando realizaba los levantamientos con metro láser y un cuaderno de dibujo, siempre cometía errores. Tenía que volver a la obra varias veces por descuidos y/o errores. A veces incluso tres y cuatro veces.
iMapper es preciso, fácil de usar y barato.
¿Cómo es eso? ¿Aún no tienes un iMapper? Pero, ¡eso no es posible!
Es una empresa que recomiendo por su seriedad y su servicio postventa. Realmente estoy muy satisfecho.